No más versiones: El Amor Brujo
En 1915 se estrena en el Teatro Lara de Madrid la primera versión de “El Amor Brujo". A pesar de que el compositor Manuel de Falla prohibió en su testamento, viente años más tarde, la reproducción de esta obra, "El Amor Brujo" se ha convertido en un rito de paso para muchos de los grandes coreógrafos españoles del siglo XX y XXI, atraídos quizás por la potencia de la música y por un libreto que narra la historia de un triángulo amoroso ultra-terrenal.
¿Cómo bailar “El Amor Brujo” hoy sin caer en el sortilegio, en el hechizo o en la trampa? ¿Cómo hacer “El Amor...” con o sin comillas, en mayúsculas o en minúsculas, brujo o sin encanto? ¿Cómo hacerlo sin bailarlo todas las veces que se ha bailado, o al menos algunas de ellas? ¿Se puede hacer “El Amor...”sin repetir los gestos de quienes antes también lo hicieron? ¿No residirá allí, precisamente, el embrujo de “El Amor...”? ¿En aquello que, cuerpo tras cuerpo, año tras año, nombre tras nombre, repetimos creyendo que lo hacemos por primera vez, creyendo en algún sentido en la originalidad de nuestro gesto? El bailaor y filósofo Fernando López hace “El Amor…” dejándose penetrar por Falla para ensuciar la partitura con palabras y gestos que nos recuerdan que lo brujo del Amor tiene que ver con hacernos creer en su carácter único e irrepetible.