FERNANDO LÓPEZ

Del mismo modo que la artista Anna Halprin decidió “bailar su cáncer” en 1975, yo deseo bailar aquí mi Trastorno de la Conducta Alimentaria. Deseo proponer un espacio de encuentro entre lo biográfico y lo político para denunciar la normalización de estándares corporales enfermizos, tanto en nuestra sociedad en general, como particularmente en el ámbito de la danza profesional: la restricción alimentaria, la compensación a través del sobre-esfuerzo y el ejercicio físico, la hipervigilancia corporal y la estilización de la extrema delgadez siguen formando parte de la imagen asociada al cuerpo deseable de un bailarín profesional, transmitido tanto en el escenario como en las escuelas.